La agricultura es la actividad con mayor consumo hídrico del mundo, representando un 70% del uso del agua.
En este ámbito, la calidad del agua de riego es vital e influye de manera directa en la planificación del riego.
Cuando hablamos de calidad del agua nos referimos a su composición química y microbiológica.
Existe una estrecha relación entre la calidad del agua utilizada para riego en cultivos y la calidad de la cosecha obtenida (verduras, hortalizas, legumbres o frutas). Si el agua empleada en el cultivo es de buena calidad evitaremos que se produzcan efectos perjudiciales en suelo, producción y salud del consumidor.
Análisis de la calidad del agua de riego
La calidad del agua de riego y el manejo del riego son imprescindibles para la producción exitosa de cultivos, afectando a los rendimientos de los distintos tipos de cultivos.
Por ello, es fundamental realizar un análisis de la calidad del agua de riego antes y durante el cultivo. Además, si se trata de cultivos de elevado coste o cultivos bio, estos deberán ser monitorizados de manera especial.
Enfoque tradicional
Consiste en la toma de una pequeña muestra de agua que se analiza para conocer su composición y posibles agentes contaminantes.
Se miden parámetros tanto fisicoquímicos como biológicos.
Debemos tomar una nueva muestra, llevarla a laboratorio, esperar los resultados y luego interpretarlos y actuar en caso de que haya problemas. Esto lleva demasiado tiempo, no nos permite reaccionar a tiempo y lo habitual es que no se haga tanto como se debería.
El enfoque Water Biosense
Instalando un sistema de Water Biosense podremos monitorizar la calidad del agua de manera continua, in situ y remota, sin esperas, mediante la detección de los agentes de interés en agua de riego.
Se instala en el sistema de riego y toma muestras del agua de forma automática, analizándola con biosensores y generando informes que podrás consultar las 24h del día los 365 días del año.
Los parámetros más habituales que intervienen en el análisis de la calidad del agua de riego son parámetros fisicoquímicos como la salinidad, pH, dureza o alcalinidad, directamente implicados con la calidad de los cultivos.
Pero existen otros parámetros cruciales a ser determinados en el agua de riego, como pueden ser los niveles de pesticidas, nutrientes, presencia de antibióticos y los niveles de microorganismos de interés o presencia de agentes indicadores de plagas, que pueden ser críticos para la viabilidad o calidad de los cultivos.
Los niveles de materia orgánica en agua, o de antibióticos, o de microorganismos como Escherichia coli, nos aportan una información importantísima para la toma de decisiones y mejora de los rendimientos, conociendo los límites de tolerancia a establecer.
Por todo esto es muy necesario disponer de sistemas de monitorización continuo de las aguas de riego y aportar valor a nuestras producciones.